sábado, 6 de marzo de 2021

Historia del Pueblo Tomabela

El territorio que hoy es Salinas en tiempos prehispánicos era conocido con el nombre de “Tomabela”, y era el puesto donde diversos cacicazgos tenían delegaciones para el acceso a la sal de las minas ubicadas en la localidad, bajo el tutelaje del cacique Puruhá. En aquellos tiempos el valor de la sal era tal que con una pequeña cantidad se podía tener a cambio: oro, algodón, lana y otros productos de primera necesidad.

Tomabela era un Jatun Ayllu que a la vez eran parte de un pueblo más importante denominado los Chimbos. Este pueblo ocupó los dos lados de la cordillera occidental de los Andes, al pie de los nevados Chimborazo y Carihuayrazo, en una extensa franja territorial que iba desde las yungas hasta la cordillera de Lozán. Este territorio incluia zonas tan diversas como: Babahoyo, Facundo Vela, El Corazón, Angamarca, Salinas, Simiatug, Pallatanga, Llangahua, Pilahuin, Chibuleo y Santa Rosa. Cuando el Inca Tupac Yupanqui logro dominar a los Chimbos, dejó en estas tierras un importante grupo de mitimaes de origen cusqueño y expatrió a varios Ayllus del pueblo vencido, quedando de este modo integrado el pueblo Tomabela al Tahuantinsuyo.

La presencia de los mitimaes enriqueció el acervo cultural de los Tomabelas: se generalizó el uso del Kichwa como lengua oficial y se produjeron importantes cambios en la cosmovisión mágico - religiosa. 

Durante la época colonial, españoles y latifundistas criollos comenzaron a apropiarse de las mejores tierras de los indígenas nativos de la Real Audiencia de Quito: Puruhaes, Pilahuines, Tomabelas, Panzaleos, Quisapinchas, etc. Desde 1775 a 1823 los caciques de esta comarca, que comprendían desde Santa Rosa hasta Salinas y Simiatug incluyendo Pilahuin y la actual Juan Benigno Vela, se mantuvieron en constantes litigios por los limites de sus tierras, terminando por fraccionar geográficamente el territorio del pueblo Tomabela.

Huyendo de esa represión la tribu de los Tomabelas llegaron a la zona de Salinas por el año de 1750. Sucede la conversión de los indígenas al cristianismo por parte de la iglesia, es decir, a quitarles los nombres indígenas y a cambiarlos por nombres y apellidos españoles de ahí que proceden las familias: Pungaña, Salazar, Quishpe, Quispe, Matzabanda, etc.

Los protagonistas de estas luchas fueron los Caciques Don Lorenzo Hallo Sumba y Don Cristóbal Cando Pilamunga, Caciques de la comuna de Santa Rosa, los cuales se acusaban mutuamente de haber dividido sus linderos con más terreno de lo debido, más de 90 años duraron estos conflictos, que fueron pasando de generación en generación. Como lo menciona el Doctor Pedro Reino en su libro Documentos para la Historia Colonial de Tungurahua: "Las actuales parcialidades de indígenas de la zona, se comprende que son grupos seguramente entremezclados y movilizados dentro de lo que correspondía a la comarca de Santa Rosa que hoy está mutilado, puesto que Tungurahua, al constituirse como provincia, no incorporó a Simiatug y Salinas que fueron parte ancestral de una misma historia ligada a Tungurahua".

Luego tenemos datos desde 1870 en el tiempo de la republica donde el territorio de Salinas fue repartido entre terratenientes y hacendados de esa época incluido la propiedad de las personas que habitaban el territorio, así los indígenas Tomabelas sin saberlo pasaron a trabajar en la explotación de la mina de sal para los hacendados.  Para finales de 1800 traídas por los mismos hacendados y por otras causas, llegan las familias Vásconez, Vargas, López, Chamorro, Ramírez provenientes de distintos lugares desde la costa hasta de Colombia.

Cosmovisión del Pueblo Tomabela

En la cultura Tomabela, la relación entre el hombre y la mujer, y la naturaleza tenía un carácter ritual casi sagrado. La producción agrícola era considerada como un acto de amor, que permitía a los/as indios/as encontrarse con la Pachamama, la tierra no era enemiga del ser humano sino madre nutricia; es la relación que une al hombre y a la mujer con la naturaleza, es un acto de amor, un encuentro de los hijos con su madre.

La ocupación del espacio andino mediante el sistema de los archipiélagos altitudinales era el resultado de una cultura milenaria que se había adaptado, a través del tiempo. a las características del paisaje andino. La formación de las ciudades y los pueblos de reducción constituyó un atentado contra el modo de vida de los/as nativos/as. La hacienda colonial que estaba conformada por grandes extensiones de tierra que ocupaban varios pisos altitudinales ofrecía, aunque de una manera parcial.

Sistema de Producción

Los tomabelas practicaban un sistema de cultivo por islotes altitudinales. Así obtenían tomate riñón, maíz, habas, papas, fréjol y hortalizas

Leyenda del Carihuairazo

Taita Carihuairazo es uno de sus dioses y le rendían ferviente culto, dedicándole templos que erigían al pie de las nieves, donde le estaban consagrados los rebaños de llamas que eran considerados animales sagrados. Cuenta la leyenda que hace muchísimos años entre aquellos pastores vivían dos niños huérfanos muy pobres, quienes habían sido designados por el Régulo de Puruhá para el cuidado de un pequeño rebaño de llamas sagradas. Reían tanto y eran tan alegres y buenos con las llamitas, que el Carihuairazo, de pocos días de nacido, oyeron una voz misteriosa que los llamaba. Asustados corrieron junto a una de las llamas más grandes y ancianas. Esta les calmó diciéndoles que no temiesen. Entonces los niños gritaron:

Padre Carihuairazo... Somos pequeñitos pero te amamos y haremos lo que tu quieras.
La voz volvió a sonar, pero esta vez se dirigió a la llama vieja.
- Hija Mia - dijo el cerro - Deseo premiar a estos dos niños que cuidan de vosotras y quero que los conduzcas por mis jardines encantados puesto que tu los conoces.

Al cabo de unas horas llegaron a un maravilloso valle en el que habian altisimas murallas de hielo; de las altas cimas caia una cascada que, al ser iluminada por los rayos del sol, mostraba un arco iris. Pero lo más sorprendente era que crecían plantas con bellísimas flores de plata.
Entonces la misteriosa voz del cerro pidió a los niños que tomaran aquellas flores de plata, las que quisieran. Ellos contentísimos, arrancaron cuantas les fue posible y las cargaron sobre las llamas y emprendieron el regreso hacia el pueblo.

Esa tarde el Régulo, desde su palacio, vio sorprendido que por las faldas del Carihuairazo bajaban unos puntos de luz, como estrellas. Nunca podía imaginarse que eran los niños y las llamas cargadas de las maravillosas flores de plata, las que emanaban esos resplandores. Pero su asombro fue mayor cuando a media noche los niños llegaron ante él y luego de contarle lo que había sucedido le ofrecieron el tesoro, regalo del padre Carihuairazo. Tal fue la felicidad del Régulo, que resolvió adoptarlos como hijos suyos y desde entonces formaron parte de la familia y vivieron en su palacio, rodeados de cariño y respeto de sus súbditos.

Vestimenta, Música y Danza

En la vestimenta del Ayllu Tomabela podemos observar en la actualidad, muchas variaciones y adaptaciones de la cultura occidental, donde han sustituido sus prendas autóctonas por sombreros de paño. Los hombres utilizan poncho negro o azul oscuro, pantalón y camisa blancos y zapatos de cuero. Las mujeres visten una blusa blanca bordada, un anaco y alpargatas negras, collares de coral de mullo y una faja ancha usualmente de color morado.

La música del páramo ha producido sus propios instrumentos musicales de viento y de percusión con elementos de la naturaleza. El carrizo que crece en el páramo y los bosques andinos, proporciona la materia prima para las pallas y rondadores. La Bocina es una caña hueca de bambú (de 1.5m de largo más o menos); en un extremo está atado un cuerno de toro cortado en la punta recubierto con masilla de brea y cuero. 

La naturaleza del páramo ha sido la fuente de inspiración para bellos temas musicales que representan la riqueza de las tierras altas. El curiquingue y la venada, por ejemplo, además de ser dos elementos representativos de la fauna paramera, son también dos alegres melodías, cuya popularidad ha trascendido a todo el país.

Mayor información en: www.tomabelas.com

martes, 2 de marzo de 2021

Ecoturismo en Ecuador


Ecuador es uno de los países más pequeños de América del Sur en superficie, pero esa pequeñez contrasta con la variedad y cantidad de paisajes espectaculares que ofrece nuestro suelo. Montañas andinas, selva amazónica, islas espectaculares como Galápagos e historia y cultura precolombina son algunas de las maravillas y desafíos que ofrece nuestro país.

Islas Galápagos



Al oeste de Ecuador se encuentran las fascinantes Islas Galápagos. Este archipiélago está compuesto por un grupo de unas 19 islas rodeadas por el Océano Pacífico y en sí mismo constituye un museo vivo de la evolución de las especies y del ciclo de la vida. La fauna y la flora de Galápagos es endémica, es decir que sólo habita esta zona y no se la puede encontrar en ninguna otra parte del mundo. De hecho el mismo Charles Darwin visitó el lugar en su búsqueda de "El Origen de las Especies". La isla ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es sin duda un destino ineludible si lo que buscamos es conectarnos con la naturaleza ecuatoriana.

Provincia de Bolívar



La provincia Bolívar, ubicada en el centro de Ecuador, ofrece actividades de mucha adrenalina como el rafting. Piedra Blanca es la localidad que posee aguas muy bravas que se pueden recorrer en las balsas de madera típicas del lugar, diseñadas por los indígenas en tiempos preincaicos. Un típico tour de rafting se diferencia de los convencionales porque tiene una duración de 2 días. Estos viajes son una aventura y permiten apreciar de una manera distinta la forma de vivir de la zona y los maravillosos paisajes que ofrece ecuador. 


En Piedra Blanca también se pueden realizar cabalgatas por el bosque nublado en las que se aprecia el paisaje y también interesantes legados pre-incaicos y ciudades y pueblos donde comprar artesanías lugareñas.


El trekking es otra de las actividades de ecoturismo que ofrece la provincia Bolívar. Tomando esta actividad uno puede internarse en el bosque primario junto a un guía y ver cuevas, cascadas y la excepcional flora y fauna de la zona. Asimismo se puede caminar desde Piedra Blanca hacia la parroquia Salinas (reconocida por sus empresas comunitarias de Quesos, Chocolates, Artesanías, etc.), un trayecto de dos días en los que se pasa por varios pueblos y se puede disfrutar de vistas espectaculares de las montañas como la que se aprecia en la imagen. Para conocer más puedes consultar AQUI



Volcán Cayambe, Quito



Si visitamos Quito, es imposible perderse la ruta que la une con el volcán Cayambe. Al norte del país y con 5790 metros de altura, el volcán se puede disfrutar tanto al mirarlo como al escalarlo. El Cayambe se encuentra dentro de la Reserva Ecológica Cayambe Coca y sin dudas es un destino espectacular para quienes adoran el ecoturismo y los grandes despliegues de la naturaleza.


Estos son algunos de los destinos que ofrece Ecuador a nivel de ecoturismo. Sin dudas se trata de un país que pese a su tamaño, es muy grande a nivel de riquezas naturales y eso hace que sea un destino especial para los amantes del turismo aventura y aquellos que buscan conectarse con si mismos en travesías que impacten y enriquezcan nuestro contacto con la naturaleza y con lo esencial de cada uno de los lugares que visitamos.