Las microempresas de Salinas trabajan con insumos de la propia región: leche de vaca y cabra para la producción de lácteos; lana de ovejas, llamas y alpacas para obtención de hilo y confección de tejidos; miel de abejas para la elaboración de turrones; conservación de bosques de pino para la recolección de hongos silvestres; hierbas medicinales y aromáticas para la elaboración de aceites esenciales y derivados; mortiños (Vaccinium myttillus), moras (Rubus glaucus), chamburos (Carica estipulata), etc. para elaborar mermeladas; cacao para la fabricación de chocolates; tahua y nogal para elaboración de botones, adornos, etc.; caña de azúcar para la producción de panela granulada y azúcar morena; paja para fabricación de canastas, etc.
Sin embargo, la adopción de un sistema de producción agrícola orgánico propiamente dicho no se ha generalizado aún en Salinas, sino que se encuentra en un proceso progresivo de aplicación. Hoy se están utilizando abonos orgánicos y asociación de cultivos, además de llevarse a cabo los proyectos de reforestación y de conservación del entorno. Dado que la agricultura está principalmente destinada al consumo local, los productos químicos no son necesarios; los fertilizantes químicos han sido parcialmente remplazados por el estiércol del ganado y de los animales menores. Se ha conseguido la certificación orgánica para algunos de los productos de Salinas, como los hongos silvestres, las mermeladas de frutas silvestres y la panela granulada.
En el desempeño de las distintas actividades se exige que los insumos necesarios sean producidos orgánicamente hasta donde sea posible para los productores. Entre sus productos, se busca seleccionar siempre los que son compatibles con procesos agroecológicos, aunque esto se alcanza en un 80 por ciento. En cuanto a los desechos, Salinas dispone de planes para su tratamiento, pero su proceso de aplicación es todavía lento y costoso.
Sin embargo, el proceso de organización comunitaria lleva más de 40 años de haberse iniciado. Durante este tiempo ha sido posible no sólo erradicar la pobreza extrema, sino también recuperar orgánicamente grandes porciones de terreno. Esto significa que, aunque queda mucho por avanzar, Salinas es un proyecto sostenible. La parroquia ha logrado diversificar su economía; de la agricultura tradicional y la extracción de la sal, los salineros han pasado a ser actores de una nueva economía en los Andes ecuatorianos. Las empresas comunitarias han permitido que los salineros tengan un empleo, es decir un salario fijo, a diferencia de las remuneraciones estacionarias que son características en la agricultura tradicional o en la producción de sal.
Muchas empresas abren un mercado a los productores ganaderos de la región: las queseras compran la leche (la gran mayoría dispone como mínimo de tres vacas y venden la leche a la quesería), la hilandería compra lana de ovejas y alpacas, la embutidora compra cerdos a una granja. Otras actividades dan la oportunidad de obtener un ingreso adicional, como en el caso de las mujeres que tejen en la asociación de artesanas, o los jóvenes y ancianos que recolectan los hongos para ser secados. Nada les impide trabajar en cualquiera de estas empresas y tener un salario fijo o un pago como proveedores.
Esta dinámica económica ha permitido a la parroquia Salinas salir de la situación de extrema pobreza en que se encontraba hace 40 años. Los servicios básicos son ahora accesibles. Se han construido caminos, escuelas y un colegio en la cabecera parroquial así como un centro de salud. Gracias a la posibilidad de obtener préstamos a bajo interés principalmente en el Banco de Fomento, los salineros han mejorado sus viviendas, han construido nuevas casas más amplias. Se come bien, la higiene en general ha mejorado mucho y la mortalidad infantil ha disminuido.
Luego de un comienzo arduo la organización tiene que continuar con este crecimiento, lo cual no es tan sencillo. A veces los intereses personales de ciertos grupos familiares adquieren más importancia que los comunes y es necesario mantenerse al día dentro de un mercado cada vez más competitivo.
Actualmente existen nuevos proyectos, como la reforestación de algunas zonas con especies nativas, el establo para cabras con miras a producir queso de leche de cabra, las instalaciones en donde se elaboran alimentos balanceados, o el taller de fabricación de maquinaria y equipos industriales. A pesar de los obstáculos, la población de Salinas ve el futuro con optimismo, sabiendo que sabrá sobreponerse a las dificultades de la misma manera como lo ha venido haciendo por tantos años.