miércoles, 6 de mayo de 2020

Historia de la Comuna Matiaví Salinas

El territorio que hoy es Salinas en tiempos prehispánicos era conocido con el nombre de “Tomabela”, y era el puesto donde diversos cacicazgos tenían delegaciones para el acceso a la sal de las minas ubicadas en la localidad, bajo el tutelaje del cacique Puruhá

La explotación de estas minas de sal fue la principal actividad económica de los habitantes de la zona hasta fines de la década de los años sesenta. Contemporáneamente, la propiedad de las minas de sal pasó a la hacienda que imponía tributos por su explotación, hasta que se formó la Cooperativa Salinas para conseguir el acceso a las minas independientemente de la familia Cordovez.

A comienzos de los años sesenta, el territorio de Salinas estaba dividido en tres partes; un tercio controlaba la familia Cordovez en la que los comuneros procesaban sal y debían entregar una significativa parte del producto a los hacendados, otro tercio estaba en poder de la Iglesia y el restante correspondía a la comuna Matiaví Salinas, que se estima extendía sus dominios desde el páramo del Chimborazo hasta la plaza de Ventanas. (Fundación Consorcio de Queseras Rurales Comunitarias del Ecuador, 1990)

En 1962 los habitantes de Salinas intentaron organizarse con el fin de lograr el control comunitario de las minas de sal para industrializarlas, buscando una alternativa que los sacara de la enorme pobreza en la que vivían. Sin embargo, no lograron progresar en este intento.
En 1967 se constituyó una primera cooperativa de ahorro y crédito, pero fracasaron.

La Iglesia inició la transferencia de tierras, mucho más antes de la Reforma Agraria. Treinta y tres mil hectáreas comenzaron a ser vendidas a crédito, gracias a la iniciativa de Monseñor Leónidas Proaño, y el ejecutor de esa grandiosa idea fue Monseñor Cándido Rada.

Historia de la Quesera El Salinerito Parte I

En 1971 Mons. Cándido Rada, Obispo de la Diócesis de Guaranda había
sugerido impulsar la organización comunitaria con la finalidad de que la población de Salinas consiguiera del Estado el libre uso de las minas de sal, además, fue el gestor del arribo a Salinas de la Misión Salesiana y los voluntarios Italianos de la operación “Mato Grosso”, junto con dos sacerdotes de la Misión Salesiana (P. Alberto Panerati y P. Antonio Polo) se conformó la primera cooperativa de Ahorro y Crédito.

De esta manera nació la primera Cooperativa, la “Salinas Ltda.”, en los últimos meses de 1971, la misma que obtuvo su personería jurídica el 1972. Los Cordoveces se opusieron, amenazaron, quisieron destruir la recién nacida organización, pero frente a la firmeza de los socios y asesores (sobretodo de José Tonello y P. Antonio Polo) tuvieron que rendirse. La batalla estaba ganada, sin sangre ni revolución armada, solo con la unión y la decisión de la gente. El trabajo milenario de la sal se había liberado de la servidumbre, la unión de la población había logrado su primera victoria, pero había muchos más fuertes enemigos que derrotar, el aislamiento y las enfermedades, falta de servicios básicos y de trabajo.

Y así se consiguió el objetivo, se retiraron los terratenientes pero al mismo tiempo quedo claro que la sal no podría ser el futuro de la economía. Sin embargo, la tradicional solidaridad andina había encontrado en el cooperativismo la forma de manifestarse eficazmente frente a los retos de la sociedad actual.

En 1978 José Dubach, técnico suizo, gracias a un convenio bilateral entre los gobiernos de Ecuador y Suiza enseñó a elaborar los primeros quesos en una pequeña planta atrás de la casa parroquial con 53 litros diarios de leche entregados por 5 productores a 3 sucres por litro y al poco tiempo se abrió la tienda en el sector de Santa Clara en Quito. Desde Salinas nacieron las Queseras de Apahua, Chazojuan, Pumin, etc. En la actualidad funcionan 22 queseras. (Fundación Consorcio de Queseras Rurales Comunitarias del Ecuador , 1990).

Cuando los estudios de pre-factibilidad habían demostrado que en el Ecuador no era posible la implementación del proyecto, asesores visionarios como Padre Antonio Polo, José Tonello, José Dubach y dirigentes comunitarios coincidían que por encima de confiar en estadísticas y números, en la lógica y la técnica, está el corazón de las personas, su capacidad de entrega y sacrificio. (Singaucho y Quiñónez M., 2005)

Entre los elementos del éxito se consideran la capacitación de los campesinos con respecto a la higiene, puntualidad y dedicación a un oficio delicado, tener queseras adecuadas, organización de base comprometida, planificación de producción y canales de comercialización y mucha paciencia en esperar los resultados económicos.

Los queseros y queseras trabajan con tecnología apropiada. Con las plantas queseras se ha logrado mejorar los ingresos de los pequeños productores de leche, fortalecer las organizaciones campesinas y crear fuentes de trabajo y una nueva mentalidad en los campesinos. (González, L., 2003)

Esta experiencia desarrollada en la parroquia Salinas ha dado lugar a crear una economía solidaria, basada en la gente y sus comunidades. En el camino recorrido en los últimos 30 años han encontrado muchos aliados, así mismo problemas y desilusiones. Los primeros años han servido de reflexión y motivación a la gente, para que entre todos puedan definir la mejor forma de trabajo. (Singaucho y Quiñónez M., 2005)
La leche que llegaba a la Quesera El Salinerito en la década de los 90´s provenía de vacas en su mayoría de raza criolla o cruces con Pardo suizo y de línea holandesa, con una producción que variaba entre tres y ocho litros de leche al día. Muchos animales, afectados por parásitos, infecciones mamarias, etc.