viernes, 2 de junio de 2023

Historia de El Salinerito y los Tomabelas

 Introducción

En la época precolombina la estructura social de los Tomabela estaba constituida por señoríos étnicos, los medios de producción eran de propiedad común, se asentaban sobre la estructura de propiedad comunitaria Ayala (2008). Podemos reconocer al pueblo salinero como un territorio de vida comunitaria cuando los Cordobés “adquirieron” un territorio que “vendido” por Juan José Flores, lo compra apropiándose de sus habitantes a pesar de que el mismo “vendedor” no tenía escrituras de propiedad sobre dicho “inmueble”, en 1964 se inicia con la Ley de Catastro el registro de las propiedades en el territorio nacional. 


El Concertaje 

Una forma de esclavitud disimulada, en la que los indios de la Sierra estaban “presos por deudas”, por el usufructo de un pedazo de tierra, en donde se les sobreexplotaba, fue abolido en 1918 Acosta (2012 ) sin embargo hasta 1970 estaba presente en Salinas, en un territorio aislado por la falta de carreteras, según informes de la Unesco consta para 1970 un índice de analfabetismo en el país se estimaba en 32%; se registra en la provincia de Bolívar como uno de los más altos, sin una institución educativa en la zona, así eran parte de las condiciones de esta localidad a la llegada de la Operación Mato Grosso convocada por un silencioso actor eclesial.

Mientras tanto en Italia, por solicitud del Obispo Rada se había establecido contacto con la OMG solicitando voluntarios y un sacerdote posiblemente sociólogo para viajar a Ecuador, y el profesor Don Milanesi sugiere al Padre Antonio Polo “me gustaría que vayas Tú”, a quien, días antes había llamado la atención por haber generado el primer paro de actividades en una Universidad Eclesial siendo Presidente de la Asamblea Estudiantil, gracias a intermediarios no expulsado Polo (2008) desde aquel momento se ajustan los recursos, propuestas y familia para concretar lo pactado. En un primer momento el P. Polo viaja a Simiatug y posteriormente llega al que sería su pueblo por muchos años.

En medio del impactante páramo se encuentran la necesidad de realizarse con “la forma mejor de aliviar la pobreza…” y una población aislada, estancada entre las montañas, de modelo comunitario y empobrecida por la sobreexplotación colonial subsistente, para mover sus historias. Un puñado de chozas de tierra y paja pintaban el paisaje andino cuando el Padre Antonio llegó en Julio de 1971 para quedarse con la estrategia de “hacer su tesis” (Polo, 2002 : 27).

La emancipación

Para 1970 Ecuador estaba bajo el régimen de Velasco Ibarra, reconocido como un país en vías de desarrollo, con un modelo hacendatario inaugurado desde 1830 desde la época republicana, mantuvo la huella colonial hasta el siglo XX en donde las prácticas propias de este modelo basaron su poder y crecimiento en la sobreexplotación masiva de la mano de obra indígena principalmente Acosta (2012)

Para 1964 en Ecuador se había propuesto una primera Ley de Reforma Agraria para la redistribución de la tierra, buscando eliminar la especulación y monopolio sobre los recursos territoriales con el interés de generar un país más productivo (IAEN).

Para 1970, Salinas ocupa los terrenos que pertenecieron a las haciendas Talahua propiedad de la familia Cordobés y Matiaví-Salinas que perteneció a la Iglesia, a finales del siglo XVII y principios del XVIII se inició la formación de haciendas en la región, debido a las entregas de tierras hechas a los conquistadores por la Corona y por la expropiación de tierras de comunidades indígenas. En 1861 se registra una escritura de venta entre el General Juan José Flores y su esposa, la Señora Mercedes Jijón a favor del Señor Domingo Cordobés los terrenos denominados Talahua, Mondogueta y Sinde, situados en la jurisdicción del cantón Guaranda; en el mismo año se registra el arrendamiento al mismo señor Cordobés las haciendas denominadas Sinchig y la Chima en el mismo cantón; la propiedad de la familia Cordobés se fue agrandando por medio de la ejecución de hipotecas no canceladas, así como el registro de linderos falsos que dieron lugar a interminables juicios, por parte de las comunidades indígenas y la Iglesia, quien también era propietaria de grandes extensiones en la zona “El Salinerito” (2013).

Las primeras décadas del siglo XX, estuvo terminada la consolidación final de las haciendas de la familia Cordobés, abarcando el 58,3% de la antigua parroquia Simiatug, que comprendía también la actual parroquia Facundo Vela (alrededor de 300 km2, de los 514 km2 de ambas), sumando a esto, la propiedad de Apahua y el Sinche (alrededor de 8.000 has) repartidas entre las actuales parroquias de Salinas y Guanujo. Con los nuevos vecinos de Salinas, provenientes de Colombia, vinieron personas de Ambato y Pichincha “El Salinerito” (2013).

La Cooperación

Salinas aislada y sin acceso de carreteras, permanente se sostenía en “la solidaridad de emergencia”, por la muerte, enfermedad, u otras calamidades con un índice de mortalidad infantil que bordeaba el 45%, carente de servicios básicos como luz, agua, asistencia médica, y con una alta migración requería de estrategias que giraran la rueda en otras direcciones y la sugerida por Monseñor Rada fue la cooperativa de Ahorro y Crédito Polo (2002), para utilizar esa organización innata, y muchas veces manifiesta por el dolor frente a la emergencia, hacia una estructura organizada y permanente, como simiente de su futuro destino, así inicia la iniciativa de cooperar bajo una estructura que permita un movimiento económico, pensando en emprendimientos con los que se acceda a salir de la miseria Polo (2002).

Por otro lado en el inconsciente de la población, estaba presente una historia oculta de haber trabajado juntos ya sea como familias o como organización social desde hace incontables años en el encargo de los “salineros” donde los hombres y niños recogían la madera para el caldero de bronce y las mujeres alquimizaban el agua de las minas, en un ir y venir del movimiento de los elementos hasta convertirlos en la sal, codiciado producto por localidades aledañas, objeto de trueque y subsistencia, por lo tanto conocían del trabajo comunitario, la propiedad común del esfuerzo para conseguir el objeto, la solidaridad, la vida cooperativa no era extraña a su cotidianidad lo que el P. Antonio sabe cómo potencializar en su momento.

La “minga” concretaba las respuestas efectivas frente a situaciones inesperadas en unos casos, y en el proceso de construcción cooperativa el trabajo para resolver la creación de la carretera, la producción, la creación de la misma COACSAL en donde se depositaba el dinero pensando en poner un granito de arena al progreso de la misma, la minga por muchos años se ha visto como alternativa de poner el hombro para beneficio de todos, trabajo no remunerado que solidariamente materializó, varias obras como casas comunales, apertura de carreteras, construcciones familiares, centros de salud, escuelas, etc., para conseguir aquellos que “se hacían imposibles solos, juntos se lograba…” (Polo, La puerta abierta, 2002).

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